Llaver, quien falleció ayer a los 85 años, tuvo una muerte tranquila y en compañía de sus seres queridos -su esposa Teresa Persello y sus hijos Daniel, Teresita y Susana- quienes lo cuidaban de una diabetes que le hizo pasar los últimos años en un estado muy delicado de salud.
Sin embargo, la enfermedad se había manifestado con mayor fuerza a partir del fallecimiento de su hijo Santiago Felipe en un accidente de tránsito, cuando tenía 19 años.