Según explicó el titular del área, Mario Rojas, el programa se implementa en los departamentos donde se desarrollan estas producciones y para ello cuentan con el apoyo técnico de personal especializado en la materia que vienen capacitando a los productores para optimizar el proceso.
Se pretende reconvertir unas 8.000 plantas de nogal, equivalente a una superficie de unas 120 hectáreas aproximadamente y que hasta el momento se lleva avanzado en un 50pro ciento; mientras que en vid se proyecta llegar a las 40.000 plantas injertadas, o sea una superficie cultivada de 25 hectáreas, en lo que se lleva avanzado en más de un 60 por ciento con la reconversión.
La reconversión varietal es impulsada por el Ministerio de Producción y Desarrollo debido a los problemas que se producen con las heladas tardías, que son recurrentes, sobre todo en la zona nogalera. En este sentido el responsable de Extensión Rural consideró que “si pretendemos lograr un producto de buena calidad en cantidad interesante y con buenos rendimientos, no nos queda otra posibilidad que la de utilizar las variedades que son de brotación tardía y que permiten escapar de los problemas climáticos. “En este programa se utiliza material para reconvertir al nogal tradicional con las variedades Chandler y Franquette, no sólo por que son más tardías en la brotación, si no también porque son más productivas y de calidad de nuez superior, por su mayor calibre y pulpa clara, mas apetecida y de mejor precio en el mercado, que las variedades criollas tradicionales”, explicó Rojas. Justamente, estas variedades son más plásticas y las que mejor comportamiento tienen en las diferentes zonas de la provincia donde se cultiva el nogal. “Después de haber sufrido durante años pérdidas en sus producciones, ahora los productores están más que convencidos de realizar la reconversión”, aseguró el ingeniero Rojas sobre la predisposición que están teniendo los nogaleros para reconvertir sus plantas.
La reconversión en nogal se realiza mediante la técnica de injertos de corona, en las zonas con aptitud nogalera, principalmente en los departamentos Belén, Pomán, Andalgalá, Tinogasta, Santa María, Ambato, Capayán y El Alto.
Modalidad
{adr}La modalidad de trabajo para reconvertir el nogal es la siguiente: La Dirección de Extensión Rural les proporciona a los productores el material vegetal debidamente conservado, que fue donado por la finca nogalera La Rinconada, ubicada en el departamento Ambato. También les facilita los insumos para el preparado del mastic utilizado para sellar los injertos y las herramientas necesarias que permiten realizar esta operación junto con la asistencia técnica del personal de las Agronomías.
Para la aplicación del plan se dictan capacitaciones en las zonas nogaleras, en coordinación con los municipios, los que cumplen un rol muy importante y con productores agrupados en cooperadoras o asociaciones. A éstos, se suman las municipalidades y el personal técnico de las oficinas centrales de Extensión Rural, así como de las Agronomías de Zona. Cumplida esta instancia de formación, el material queda a disposición de los que lo requieran para el trabajo de injertación.
“La idea es que en lo sucesivo, cada zona pueda contar con recurso humano que permita un avance rápido en el proceso de reconversión, porque nuestra capacidad propia sumado a lo que pueda aportar el INTA, no da para pensar en que se pueda cumplir de una manera agresiva con este proceso que hace falta intensificar en el cultivo de nogal”, consideró el funcionario de Producción.
El proceso
Las primeras nueces en el nogal injertado recién se producen a los dos años y la producción de las plantas comienza a incrementarse, hasta que recién en un periodo de 10 años se ven los resultados en cuanto al aumento de rendimiento de las plantas adultas injertadas. El productor que decide injertar una planta este año, no obtiene producción de esa planta, lo que a veces el proceso de reconversión regula el ritmo de trabajo. Y por eso, el proceso debe realizarse en forma gradual.
Para este proceso deben tener en cuenta distintos aspectos, los que van desde la búsqueda y traslado de la púas, hasta su conservación en cámaras de frío. La temperatura óptima de conservación debe estar entre los 4 y 7° C y nunca se debe mantener el material por debajo de los 0° C de temperatura ya que se corre el riesgo que se congelen las yemas.
Reconversión en vid
El proceso de reconversión en vid consiste en el cambio varietal de las uvas de la variedad cereza a la variedad rosada sin semilla c.g 102.011 de la selección de Gargiulo, variedad de uva utilizada para fresco como para la producción de pasa, que tiene un valor superior en el mercado. También se está reconvirtiendo con variedades de los celajes Malbec, Sirah y Cabernet para la elaboración de vinos finos.
Con la reconversión en vid se proyecta llegar a las 40.000 plantas injertadas, o sea una superficie cultivada de 25 hectáreas. En este trabajo, se lleva avanzado en más de un 60 por ciento con la reconversión. El grueso de las plantaciones se encuentran en Fiambalá (30 ha), donde se hace el cambio a uva cereza para la producción de pasa sin semilla.
En una producción normal, la planta comienza a su producción en la nueva variedad recién en dos años de injertada y al igual que en el nogal, el proceso se realiza en forma progresiva porque se resiente el ingreso al productor.
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