No hay, en la historia de los seleccionados nacionales, el menor antecedente de esta índole, aunque no falten ligeros de memoria que creen ver una secuencia homogénea en el hecho formal de que Juan Carlos Lorenzo haya orientado el plantel en los mundiales de 1962 y 1966.
En realidad, el Toto se alejó al cabo del triste papel desempeñado en Chile y sólo fue llamado para viajar a Inglaterra por descarte, de apuro, cuando a menos de dos meses del arranque de la competencia era irreversible la dimisión de Osvaldo Zubeldía. (Télam)