En una recorrida que realizó Télam por buena parte de la ciudad de Buenos Aires y los alrededores de la cancha roja se pudo advertir un cuadro de vigilia surrealista, que poco tenía que ver con lo previsible de pocas horas antes.
En muchos bares ubicados sobre la avenida Rivadavia los espectadores, ante la falta de aire fresco en el interior, optaron por instalarse en sus veredas, al amparo de toldos y sombrillas, palpitando el partido decisivo del torneo Apertura a través de una modesta radio ubicada al lado de una botella de cerveza.( Télam)