Hace ya cuatro años surgía una generación de tenistas encabezada por Franco Squillari, Mariano Puerta, Mariano Zabaleta y Guillermo Cañas, quienes prometían cubrir el bache que se producía en ese momento, cuando ningún argentino figuraba entre los 100 primeros del mundo.
A medida que ellos comenzaban a cosechar resultados se le sumaban en el circuito Juan Ignacio Chela, Agustín Calleri y Gastón Gaudio, mientras que entre los juveniles descollaban Guillermo Coria y Nalbandian.
Esta generación reemplazaba a la que Argentina tuvo durante la segunda mitad de los ochenta y la primera parte de los noventa con jugadores de gran nivel como Alberto Mancini, Martín Jaite, Guillermo Pérez Roldán, Horacio de la Peña, Franco Davín y varios otros.
De la nueva generación, el primer gran golpe lo dio Franco Squillari, quien en junio del 2000 llegó a la semifinal de Roland Garros, en lo que fue la mejor actuación de un tenista argentino desde que Vilas había perdido la final de ese certamen en 1982. (Télam)