Como para no escaparse de la media de los argentinos formados sobre canchas lentas, Nalbandian consiguió este año su primer título del ATP sobre polvo de ladrillo, la superficie preferida de los tenistas criollos, en Estoril, Portugal.
Sin embargo el jugador cordobés, nacido en Unquillo y quien forjó sus primeros pasos en una cancha rápida que su padre construyó al lado de su casa, dio el gran golpe en julio de este año cuando arribó sorpresivamente a la final de Wimbledon, sobre césped.