Previo a la presentación de los oradores, Galeano fue homenajeado con el pedido de un minuto de silencio que no pudo ser debido a que el público se plegó a los aplausos que proyectaba una gran pantalla al frente de la audiencia, donde el escritor era ovacionado tras la lectura, en la feria de 2013, de su último libro publicado, "Los hijos de los días".
"La cultura no puede ni debe ser sometida a la ley del mercado. La cultura no es una mercancía, es un instrumento para profundizar la democracia", porque "nos iguala, nos hace mejores seres humanos; un libro en manos de un niños abre el camino a un mejor ciudadano", dijo por su parte, Cossa, responsable de la representación literaria al cierre del acto.
"Estamos en vísperas de cambios en el país -señaló-, se va un gobierno que puso a la cultura en agenda", distribuyendo libros, "otorgando derechos a cineastas y actores", elevándola "al grado de ministerio", por lo que "más allá de mayor o menor cercanía con las políticas del gobierno, muchos de nosotros sentimos que, por primera vez, se nos escucha".
En una risueña intervención, Cossa celebró haber roto con una "tradición" en la Feria que dejaba fuera de la apertura a los dramaturgos, y reflexionó respecto a las diferencias entre éstos y los literatos para concluir que, en el caso de la dramaturgia, se trata de "escritores con capacidades diferentes".
"Así como Galeano le ponía voz a los ninguneados el gobierno nacional, por orden de la presidente Cristina Fernández, le da voz a los sectores invisibilizados para que conduzcan sus destinos",Franco Vitali,secretario de Políticas Socioculturales de la Nación
"Empecemos por preguntarnos qué define a un escritor: El amor a la palabra. No otra cosa es un escritor. Alguien que ama a la palabra con el amor de un cazador, no del amante" y en esa búsqueda de "la palabra necesaria" es donde ambos escribas se parecen, consignó el creador de 'La nona'.
Pero se diferencian en ese destino de la palabra, reflexionó, que cuando es teatral necesita que los "ajenos" se "metan" con ella y la actualicen en el escenario, para "volver a ser escritores" sólo frente a la hoja blanca y "el libro".
"En las horas que vienen algo así como un millón de personas transitarán por los pasillos de la Feria. Son esos hechos que, cuando ocurren, le hacen pensar a uno que un mundo mejor es posible", se despidió el dramaturgo.
A su turno, el ministro de Educación, Alberto Sileoni, recordó a los 43 normalistas asesinados: "Esos 43 pibes son en algún sentido la mejor representación de la cultura latinoamericana, jóvenes que querían estudiar y enseñar para cambiar la vida de sus pueblos".
En su discurso, destacó que en estos años el Ministerio de Educación compró "90 millones de libros con una inversión de 1400 millones de pesos para las 51 mil escuelas argentinas de todos los niveles: inicial, primario, superior, rural, artísticas, en cárceles y hospitales, de educación especial y jóvenes adultos".
Así como la realización de 87 millones de librillos difundidos en escuelas, espacio deportivos y públicos" con temáticas como el Bicentenario, lenguas indígenas y narrativa: "No los revoleamos -advirtió-, a los libros los llevamos a las escuelas acompañados de prácticas pedagógicas profundas".
Al respecto señaló que "las escuelas usan cada vez más libros", a diferencia de antes que, acostumbradas a no recibir demasiados ejemplares los regateaban o quedaban en las bibliotecas, "pero ahora saben que a los de un año les siguen los del siguiente", remarcó.
En este marco subrayó que "desde los 45 días a los 18 años todos los jóvenes argentinos tienen libros" para estudiar y disfrutar; así como la obligatoriedad, desde el año último, de escolarizarse a partir de los cuatro años.
Fuente: Télam