Una vez más, el cantante mexicano se presentó en nuestras tierras con todo su repertorio musical en el marco de su gira “El culpable soy yo”, con dos fechas en el Luna Park. En esta oportunidad, fue vestido de 007 con smocking negro, rodeado de bailarinas que jugaban el papel de chicas Bond (chicas Castro, para esta ocasión) y músicos que sonaron demasiado fuerte en ciertos momentos, a tal punto que el artista debió pedir que suban el volumen de su micrófono y poder hacer oír sus notas más altas, esas a las que pocos hombres pueden llegar.
La noche comenzó con “No me digas”, “En este bar” y “Cuando me miras así”. Junto a él no sólo estaban los músicos ya que la cuota de belleza se la daban las cuatro hermosas bailarinas que movían sus caderas al ritmo de las melodías y jugando a enamorar a Cristian en varias interpretaciones y hasta pegarle una cachetada cuando intentaba seducir a todas. Ellas, se robaron las miradas de los caballeros que acompañaron a sus esposas, novias y amigas. Desplegaron coreografías alrededor del mexicano y hasta lo hicieron acoplarse a sus bailes.
Hay que destacar, que Castro es uno de los latinos que ha creado decenas de esas baladas que roban suspiros y que son inyecciones en las venas de amor y desamor. “No hace falta”, “Sin tu amor”, “Después de tí”, “Se mi aire”, “Hoy vengo a decirte que te amo”, “Lo mejor de mí”, “Si tú me amas” y “El culpable soy yo”, fueron las primeras muestras en el escenario. Hasta que una de sus pegadizas canciones generó los saltos y gritos: “Lloviendo estrellas”.
Enseguida, fue momento de una sesión de sus hits más antiguos. Fue entonces que sonaron “Tu sombra en mí”, “Si me ves llorar por tí”, “Por amarte así”, “Alguna vez” y “Volver a amar”. No faltaron los temas nuevos como “Ten valor” y otros como “Odio amarte”, “Si yo fuera él” y “Lloran las rosas”. Mientras, se guardaba las bombachitas que las chicas le tiraban al escenario.
Claro que un mexicano no puede escapar a los mariachis y entonces salieron a escena esos músicos con sus grandes sombreros para acompañarlos en “Mamá por Dios”, Ojalá que te vaya bonito” y “No volveré”. Otra vez los gritos agudos para colorear el momento con sabor a tequila, en una noche con sabor a caramelo.
Luego y sin dar respiro, volvió a sus clásicos y entonó “Es mejor así”, otra de las melodías que dejan al descubierto sus agudos, esa marca registrada de su voz. Los oídos de los concurrentes fueron testigos de la saturación que provocaba por momentos, claro que es parte de su show y él quería demostrar que canta igual que en los discos y que no es magia de la tecnología. No caben dudas de que tiene una garganta privilegiada. Le siguieron después “Mi castigo”, “Imagina” y “Si supiera dónde estás”.
Para el final, se guardó las canciones más solicitadas: “No podrás”, “Agua nueva”, “Vuélveme a querer”, “Nunca voy a olvidarte”, “Mañana”, “Te llamé” y “Yo quería”. Sus fanáticas subieron las tortas para cantarle el Feliz cumpleaños y las Mañanitas, antes de que todo el Luna se tiñera de “Azul” a puro salto, ovación y gritos. Tras dos noches porteñas, el hijo de la Chaparrita se fue muy contento, agradeció los aplausos y se despidió hasta la próxima visita diciendo a sus seguidores “Te quiero”, “te amo”, con varias tangas femeninas bajo el brazo. Ellas, se fueron cantando por las calles: “Porque este amor es azul como el mar, azul... un manantial azul que me llena de amor”.
Fuente/ 26noticias.com.ar
Por Claudia Seta
