Tras consultar a especialistas en el tema y parejas comunes, llegó a los cinco motivos clásicos de separación. La lista, a continuación.
1. Convivencia. Para quienes formaron su propio “nidito de amor”, compartir el mismo techo es una tarea ardua. Congeniar horarios, dividir las tareas del hogar y hasta establecer el momento de relax a solas, suelen ser los aspectos más difíciles de resolver. Sí, esto ocurre aunque aquella persona a domar sea la "elegida".
2. Dinero. Cuando los gastos se comparten, el aspecto económico es un recurrente de pelea. Cuánto sede uno, cuánto cuida el otro, termina siendo un conflicto que desborda a los sentimientos. Más aún, cuando se trata de un matrimonio y, por ejemplo, uno de los dos prefiere ocultar cuánto gana. ¿Fondo común o cuentas separadas? Esa es la cuestión.
3. Malas costumbres. No hace falta convivir para sentirse molesto por los malos hábitos del otro. En una simple salida de dos personas que recién se conocen, se puede encontrar ese gesto que los descalifica de la lista de posibles amores. Peor aun, cuando hablamos de la pareja consolidada y sus problemas porque la mujer/esposo dejó la bañera llena de pelos. Desagradable, pero real.
4. Amigos. Aunque las amistades son un combo con que toda persona llega a la relación, cualquier hombre y mujer tiene a un amigo/a entre ceja y ceja. “Ese tipo no me gusta”; “Esa amiga tuya es una ‘come hombres’”, son las frases más comunes. Todo esto sin pensar, que al fin y al cabo al final de toda relación, el amigo es el que banca.
5. Internet. El uso de las redes sociales concluyó en un nuevo problema que se puso de moda. Lejos quedaron los celos por las casillas de mails o las horas de chat en el Messenger. El enojo moderno pasa por los mensajes en Twitter y los amigos en Facebook. ¿Cómo hacer para no quedar afectado por la Web? Tarea complicada.
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Fuente: minutouno.com.ar
