"Tengo la certeza de que es cada vez más difícil salir a trabajar. Cuando uno sale, piensa si va a poder volver. En cuanto no se muevan o no hagan lo que tienen que hacer, va a ser cada vez más difícil", sostuvo Fabián Verón, de 41 años, casado y padres de dos nenas de 9 y 4 años y una bebita de sólo un mes de vida.
Tras el salvaje episodio del cual fue víctima ayer por la madrugada, cuando llegó manejando un colectivo hasta Escobar, Fabián se encuentra ahora recuperándose en su casa de la localidad de Avellaneda, luego de que le dieran el alta.
Al recordar el momento por el que atravesó cuando los delincuentes lo atacaron, el chofer admitió: "Se te cruzan muchas cosas por la cabeza. Una de ellas es que no vería crecer a mis hijas, no terminaría de criarlas, educarlas y de darles un estudio. Pensé que se me terminaba la oportunidad de vivir".
El conductor sostuvo además: "Nunca me imaginé que me iban a cortar un dedo. Después que me hicieron eso, me sacaron las llaves (del colectivo) y se bajaron. Yo salí corriendo y empecé a patear las puertas de las casas. Quería que me llevaran al hospital, porque me sangraba mucho la mano".
Dijo que los tres delincuentes que lo atacaron se enfurecieron cuando se dieron cuenta que no tenía la llave para poder abrir la máquina expendedora de boletos.
"Uno más grande le repetía a otro: `hacelo y nos vamos`. Y eso de `hacelo` era que me cortaran el dedo", explicó el chofer.
Fuente/ 26noticias.com.ar