La dimisión de la Alianza tomó al justicialismo a trasmano, con una conducción divida en dos grandes sectores: el encabezado por Carlos Menem, con apetencias de volver a tomar el poder a través de las urnas, y el dirigido por Eduardo Duhalde, con el poder real decidido a través de la Asamblea Legislativa que lo ungió presidente el 2 de enero de este año.
Apenas unas semanas antes de que el gobierno de De la Rúa cayera con los incidentes del 19 y el 20 de diciembre, los gobernadores justicialistas cabildeaban en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) en reclamo por una coparticipación federal que llegaba a cuentagotas y en Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales (LECOP).( Télam)