Porque el encubrimiento y las mentiras fueron protagonistas de una investigación judicial que avanzó a paso cansado, muchas veces equivocado, y que apenas derivó en el arresto y actual enjuiciamiento de la denominada "conexión local" del ataque.
Pero nada se sabe aún de los autores materiales del masivo asesinato y, mucho menos, de quienes tuvieron el poder suficiente de preservar su impunidad. Tampoco el juicio aparece como un puente hacia el esclarecimiento, sino más bien como unlento proceso detector de irregularidades y de pactos de silencio.
Por eso, los familiares de las víctimas lloraron otra vez frente al lugar donde cayeron sus muertos y volvieron a indignarse porque, año tras año, sigue sin alcanzar el esfuerzo y el anhelo para contrarrestar tanta corrupción e ineficacia.