Unas 3.000 personas brindaron, en la madrugada del sábado, un marco imponente al cierre de la noche inaugural de la XXXº Festival Nacional Santa María Reina del Yokavil, donde el joven folclorista Abel Pintos fue una de las figuras convocantes de la velada, que se desarrolló en el Anfiteatro Municipal Margarita Palacios. Además, se destacaron en la primera luna la actuación del rosarino Leandro Lovato, el intendente Jorge Andersch subió a escenario y canto, además de un deslumbrante espectáculo de fuegos artificiales.
Exactamente a la cuatro de la madrugada, el locutor famaillence Hugo Brahim anunció la subida a escenario de Pintos y la respuesta no se hizo esperar. El joven cantante hizo su aparición en el escenario Manuel y Acosta Villafañe envuelto en una gran ovación y abrió el show con dos de sus hits como son Bella Flor y Anclada en Mis Sueños, y a partir de allí entabló una comunión muy particular con el público santamariano.
El folclorista, actuó exactamente una hora, arrancando permanentes ovaciones, principalmente del público más joven y femenino.
Sin dudas, las interpretaciones más aclamadas fueron “Quien pudiera”, “Mi Error” y “Tu Voz”. También, presentó temas de su sexto álbum “La llave”, en el que de la mano de un cancionero propio construye un disco de confirmación y apertura. Así, interpretó Todo está en Vos, Dueños del Amor, Más que mi destino, Canta, Latidos, y, por su puesto, La Llave.
Acompañado por su hermano Ariel en primera guitarra y sus músicos Fredy Hernández, Fernando Espósito y Ángel González, el joven músico comentó que “es un placer estar en esta bella ciudad, donde tengo muy lindos recuerdos”.
Al momento de interpretar temas como Quien Pudiera y Ojos de Cielo, el delirio del público santamariano fue absoluto. A la excelente interpretación, le continuó Aleli (Bailando con tu Sombra) que lo consagró en Viña del Mar (Chile) y que encontró como respuesta una interminable ovación y el grito de "Abel, Abel…" de un público de pie.
En ese instante, el joven escuchó la ovación inmóvil y emocionado, para posteriormente con sus manos realizar una reverencia para agradecerle a la gente el cariño. Continúo con este tema, pero esta vez a capela y con la participación del público, lo que incrementó el delirio de la gente que veía enrojecer sus manos de tanto aplaudir.
Fue así que comenzó a despedirse. Cuando lo hizo, tuvo que volver otra vez al grito de "otra, otra…" y finalmente se fue cantando Tu Voz, en medio de un interminable aplauso mezclado con gritos y voces que no dejaban de corear su nombre.
El violín de Lovato
{adr}Previa a la actuación de Pintos, el intendente Jorge Andersch brindó la bienvenida a los turistas a Santa María, y ofreció el Festival de la Reina del Yokavil como una muestra de la calidad del pueblo santamariano y de la cultura local.
Y fue precisamente, el intendente quien brindó una de las sorpresas de la noche cuando subió al escenario a cantar la cueca Recuerdo de Mis Valles, invitado por el dúo Los Calchas (Fernando Cuello y Jorge Lagoria), recibiendo una marcada ovación por parte del público.
Joven, talentoso y carismático, son tres virtudes que definen a Leandro Lovato, el violinista rosarino que fue uno de los primeros en animar la primera velada del tradicional Festival de Santa María.
Pasada la una de la madrugada, Lovato irrumpió en escena y logró que el público olvide por momentos la amenaza de lluvia y el aire fresco que se desataba sobre de las instalaciones del Anfiteatro Municipal Margarita Palacios. "Buenas noches Santa María, es un gran honor estar en esta ciudad que es un motivo de orgullo para mi carrera artística", manifestó el joven antes de comenzar con su espectáculo.
Fue sin lugar a dudas uno de los momentos más importantes de la noche, dado que su virtuosismo lo mostró en perfecta conexión con el público santamariano, que no dudó ni un segundo cuando Lovato invitó a bailarines a subir al escenario.
Desde su raíz, de las mejores y mas puras cepas santiagueña, su talento y formación le permiten abordar géneros de la música universal que va de clásicos del cine, pasajes de la mejor música clásica; andina, (pasillos, joropos, etc.) hasta las que identifican a las colectividades, (Shotis, tarantelas, danzas rusas o catuzcas); o algunos tangos, haciendo de ellas verdaderas recreaciones con su particular estilo desbordante de virtuosismo. Una expresión artística diferente y de alto vuelo que por primera vez se presentó en Santa María.
Se podrá o no coincidir en el estilo o el repertorio, pero en lo que seguramente todos están de acuerdo es en la pasión, el sentimiento y el buen gusto desplegado en sus interpretaciones. Esto se explica por la admiración que Leandro siente por Sixto Palavecino y Antonio Agri, sus referentes indiscutidos.
Con su violín y la "onda" de su personalidad, concitando el entusiasmo eufórico en algunos o la admiración por su nivel artístico en otros. Show variadísimo e impactante: por el virtuosismo y gran carisma de Lovato sumados al grado de ajuste y "polenta" de la banda. En consecuencia, el rosarino se brindó por completo a un público que lo obligó a regresar en dos oportunidades.
Para finalizar su paso por Santa María, Lovato regaló una selección de chacareras y gatos convirtiendo el escenario en una imaginaria y concurrida pista de baile.
{adc}
Más números
También subieron a escena, Los de Salta, quienes interpretaron temas clásicos como La Sanlorenceña, La Sin Corazón y Sapo Cancionero, entre otros. El grupo Vale 4, encabezados por Miguel Villalba, mostraron un sólido espectáculo. A ellos se sumaron el humor de Raíces Americanas y el reconocido Pitin Zalazar, la joven Rocío Villagran, Trío Valle, Raúl Delgado, Viento Libre y el color aportado por los ballets Margarita Palacios y Volver en Danzas.