Las empresas prepagas, al igual que las obras sociales, están obligadas a garantizar el Programa Médico Obligatorio (PMO), en el que están incluidos los descuentos en la compra de medicamentos, que van del 40 al 70%.
Por ejemplo, cuando un cliente compra un medicamento con el descuento, paga de su bolsillo el 60% del precio de referencia del mismo (en el caso en que el descuento de la prepaga sea del 40%). Luego, de los $40 (suponiendo un precio total de $100) pagan $15 a la farmacia, ya que el resto es un cobro que las prepagas cobran por garantizar la afluencia de afiliados al poner su nombre en la entrada de los locales. Y la farmacia obtiene, entre el cliente y la prepaga, $ 75. Como $68 es lo que, en promedio, se les pagaría a las droguerías, en las farmacias se quedarían con $ 7.
Con estos números, desde el sector farmacéutico aseguran que el negocio es “inviable”, y por eso exigen una reducción de lo que exigen las prepagas como bonificación por acercar afiliados.
En caso de que no se logre un acuerdo, los afiliados dejarían de percibir ese descuento que hacen las farmacias, por lo que automáticamente el precio del medicamento aumentaría hasta un 70%.
Esta situación se daría mayormente en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, ya que en el resto del país prácticamente las prepagas no tienen servicios de farmacia. (Infobae)