Según publica el diario inglés Daily Mail, un campesino encontró al potrillo vagando por las colinas de Dartmoor, en Inglaterra, en un estado desesperante.
Cuando finalmente pudo ser rescatado por un grupo de expertos en caballos, Breeze ya se había desplomado, estaba en shock y deshidratado. Los especialistas se encargaron de curarlo pero se dieron cuenta de que estaba deprimido porque le faltaba su madre a la hora de dormir, ya que no tenía dónde acurrucarse, una práctica "muy común" en los potrillos, según remarcaron.
Por ese motivo, resolvieron ponerle un oso de peluche gigante, que el animal adoptó como propio y pasó a sentirse, según explicaron los expertos a ese matutino, “mucho mejor”.
Fuente | infobae.com