Este viernes 21, la noche y el día durarán exactamente lo mismo en todo el mundo, ya que comenzará el otoño en el hemisferio Sur y el de primavera en el Norte.
Este fenómeno, denominado equinoccio ("noche igual", en latín), ocurre dos veces al año y simboliza a cada uno de los dos puntos de la esfera celeste en los que la eclíptica corta al ecuador celeste.
Durante los equinoccios el Sol alcanza el cenit sobre el ecuador terrestre, y esto es lo que hace que la noche y el día tengan la misma duración en todo el mundo; pero de allí en más, según el hemisferio, ambos se irán acortando o prolongando.
Los equinoccios se llaman "primer punto de Aries" o equinoccio vernal, y "primer punto de Libra" o equinoccio otoñal.
El de Aries es el punto del ecuador celeste donde el Sol pasa de Sur a Norte en su movimiento anual aparente por la eclíptica, trayendo la primavera boreal y el otoño austral; a la inversa, en el de Libra, el Sol aparenta pasar de Norte a Sur, produciendo el otoño boreal y la primavera austral.
Las denominaciones Aries y Libra obedecen a la tradición, ya que los equinoccios no son puntos fijos: se corren hacia atrás y están desde hace dos milenios en Piscis y Virgo, respectivamente, casi listos para pasar en el próximo siglo a Acuario y Leo.
Debido al movimiento de precesión, los equinoccios se corren en sentido contrario a las agujas del reloj, a razón de un grado cada 72 años; y describen una vuelta completa, es decir, 360 grados, en unos 25.800 años, período denominado Año Platónico.
Cada Año Platónico se subdivide en 12 Eras que responden a otras tantas constelaciones, las mismas que en la antigüedad originaron los 12 signos del zodíaco.
A cada Era de 2.150 años, le corresponde un período cultural muy preciso: actualmente se está en la Era Cristiana o de Piscis, impregnada por el simbolismo del pescador de almas; antes fue la de Tauro (adoración al minotauro y al becerro de oro;) y en un futuro se abrirá la Era de Acuario, representada por un hombre que vierte sus conocimientos al mundo.
{adr}En el equinoccio de marzo, el polo Norte pasa de tener una noche de 6 meses de duración a un día de 6 meses, y el hemisferio Norte, del invierno a la primavera.
En el polo Sur, en cambio, se pasa de un día de seis meses de duración a una noche de seis meses; y en el hemisferio Sur, del verano al otoño.
En el equinoccio de marzo los mayas celebraban el descenso a la Tierra de Kukulkán, el dios de la sabiduría, que les había enseñado a cultivar y a conocer los secretos del cosmos.
Con precisión matemática y arquitectónica, los mayas construyeron en su honor el famoso castillo de Chichén Itza en donde, al producirse el equinoccio, el sol baja por la escalinatas como una serpiente de luz. Para ellos ese era su año nuevo.
En coincidencia con los mayas, pero en el otro lado del mundo, también iraníes y afganos festejan su año nuevo o Now Rooz entre el 21 y el 24 de marzo, o si se prefiere, del 1 a 4 de farvardín, según el calendario persa.
Esta vez recibirán el año 1387 y lo harán, según la tradición, comiendo kebab (carne a la parrilla) de cordero, novillo, pollo o pescado (nunca de cerdo), que aunque ahora todos saborean a diario, fue antiguamente la comida reservada a los reyes.
También para los astrólogos, entre el 20 y el 21 de marzo es el año nuevo astral: ese día, en coincidencia con el equinoccio de otoño, comienza el signo de Aries, primero del zodíaco.
Antes de que se inventara el calendario gregoriano, en gran parte del mundo, y en especial en Roma, se festejaba el año nuevo a mediados de marzo.(Telam)
