Hubo muestras de profundo dolor por la partida de quien fuera un sacerdote amigo y testimonio vivo de la presencia de Dios en medio de la comunidad. Pero también aplausos para agradecer al Señor por el don que fue el Padre Elio, quien sobresalió además en su faceta intelectual, sobre todo como periodista, siendo columnista de LA UNION, cuyos lectores se deleitaron con sus brillantes escritos sobre diversos temas.
Los fieles lo despidieron con sentidas palabras, recordando su empeño para propagar la devoción a la Divina Misericordia, su amor a los niños y a Nuestra Madre del Valle, a quien seguramente hoy estará contemplando en el cielo. “Nos dio su ejemplo de hombre de fe inquebrantable, de hombre humilde, caritativo y de total desprendimiento por las cosas materiales”, expresaron.
Luego de la celebración eucarística, el cuerpo mortal del Padre Elio fue acompañado por sus hermanos sacerdotes y fieles en general hasta el cementerio municipal, donde recibió cristiana sepultura en el Panteón del Clero, con lágrimas de dolor, pero sobre todo con una enorme gratitud a Dios por habernos regalo a este sacerdote, que hoy muere como la semilla, para que gustemos los frutos de su testimonio de amor y entrega generosa.