Dudas en torno de la muerte de una beba aborigen en Tartagal

(DIARIOC, 09/02/2011)Aunque el certificado de defunción dice muerte “por paro cardíaco”, aparecen dudas sobre las verdaderas causas que llevaron a la muerte a una beba de 6 meses en la misión Lapacho II, muy próxima a la ciudad de Tartagal.

Ubaldina, abuela de la pequeña, dijo ayer a El Tribuno que no sabía de qué había muerto. “No sabemos si es por desnutrición, pero no es verdad que era la primera vez que la llevábamos al hospital”.

La beba de la comunidad wichí Lapacho II, ubicada a unos 2 kilómetros al este de la ciudad de Tartagal, murió el fin de semana pasado camino al hospital Juan Domingo Perón, cuando era trasladada en grave estado por su madre y su abuela.

“Murió antes de llegar”

En entrevistas dadas al canal de cable local, profesionales médicos del hospital tartagalense aseguraron que la chiquita murió por “un paro cardíaco y a pesar de los esfuerzos médicos para salvarle la vida”.

Sin embargo, su madre y su abuela aseguraron a este diario que antes de llegar al nosocomio ya había fallecido.

Si bien el médico Osvaldo Trigal dijo por el mismo medio local que el día del deceso “era la primera vez que la chiquita era asistida en el hospital Perón”, las mujeres que llevaron a la pequeña fallecida relataron que “era paciente de la doctora Oroño”.

Recordaron además que “la llevamos el viernes porque estaba mal y lloraba mucho pero la doctora me dijo ‘está bien la chiquita’, y nos mandó de nuevo a la casa” .

La nena se llamaba Marlene Ubaldina, como la madre y la abuela. Ellas recordaron cuando la médica les dijo que “era una chiquita en riesgo, pero no sabemos por qué nos decía eso”.

“Después, cuando murió nos dijeron que tenía un problema pulmonar pero no sabemos mas nada”, dijo la joven madre.

La mamá, enferma

Marlene Díaz, la mamá de la nena fallecida tiene 14 años cumplidos y no puede parar de toser; la abuela de la niña muerta, de 35 años, aparenta muchos años más que los que tiene; ya casi no le quedan dientes.

Ubaldina dijo que su hija “tenía mucha fiebre todo el día” y que ahora sólo piensan en la pequeña que ya no está y en las causas de su muerte.

El lunes llegó a la misión la agente sanitaria y revisó a todos los chicos que viven en las precarias vivienda que ocupan en la misión Lapacho II. Allí, como en todos los asentamientos aborígenes, los chicos juegan, descalzos, en el patio de tierra.

Por un sendero

Desde Tartagal, se llega al lugar por un pequeño sendero que los habitantes transcurren a diario por diferentes razones. Esta vez, las mujeres fueron con la beba enferma para ser asistida en el hospital Perón porque sabían que “estaba más mal que nunca”, pero no pudieron salvarla.

Ubaldina dice que no sabe si su nieta estaba desnutrida. “Nos daban 1 kilo de leche por mes”, señaló tras indicar que mamadera también tomaba.

“El lunes -recordó Ubaldina- la llevamos al médico porque a pesar de haberla visto el viernes la doctora Oroño, mi nietita lloraba mucho... estaba mal mi nietita...” (El Tribuno de Salta)