Luego la llevó hasta su casa, ubicada a unos 200 metros de allí, y siempre bajo de amenazas de muerte la empujó hacia el interior de una habitación.
Allí le ordenó que se desvista, luego él se quitó la ropa y la accedió carnalmente opr ambas vías, en varias oportunidades.
Los hechos quedaron corroborados por el examen médico a la víctima, y por una serie de testimonios indirectos, de personas a las que la mujer les contó lo sucedido.
El fiscal consideró que el hecho de no haber encontrado el arma de fuego en la casa del imputado, no es obstáculo para atribuirle el agravante del uso en la consumación del delito, pues entendió que el acusado tuvo tiempo de hacerla desaparecer.
En consecuencia, pidió al juez de garantías que dicte la prisión preventiva del acusado, por el delito de abuso sexual con acceso carnal, agravado por el uso de arma de fuego.