Precisamente éste último, de apellido Casini, de 50 años, terminó confesando la autoría del robo, aunque no reveló aun dónde dejó la valiosa pieza histórica.
Sin embargo el hombre fue sometido a una rueda de reconocimiento para confirmar si se trata de la persona que vieron salir corriendo ayer a la tarde del templo de San Francisco.
Por ahora los investigadores son cautelosos en torno al esclarecimiento del hecho, ya que la mera confesión del sospechoso no significa que haya cometido el deli