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Lunes 03 de Junio de 2024
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"La gente se opone cuando hay muertos pero le encanta tener una barra"

El periodista Gustavo Grabia, especialista en investigar a los grupos violentos en el fútbol, habló en una entrevista con Infobae.com sobre la cultura de los barras en Argentina, el accionar de la Justicia y la lucha del Gobierno contra la violencia en las canchas
(DIARIOC, 29/09/2012) Aparece vestido de negro y el cansancio tatuado en su cara. Flaco y desgarbado camina por los pasillos de Olé en búsqueda de un lugar para sentirse cómodo frente al grabador y olvidar la tarea diaria por un rato. Amable de principio a fin, contundente ante la seguidilla de preguntas, sencillo para transmitir una idea precisa de la cultura barra brava. Gustavo Grabia se acomoda en un sillón, saluda a un par de colegas y espera un disparador para darle trabajo a su lengua.

Después de la pelea de las dos facciones de Boca en la Autopista se le pidió una lista de admisión al presidente de Boca y Maxi Mazzaro, el segundo de la barra oficial, no estaba. ¿Por qué crees que los dirigentes no terminan colaborando cien por ciento con la causa?

Lo que la dirigencia de Boca hizo ese día fue establecer que existe una barra que es oficial y que es la que Boca mantiene. Y existe una barra a la que la dirigencia de Boca no quiere ni ver. Por algo pusieron en el derecho de admisión a toda la gente de Di Zeo, y de la gente de Mauro Martín solo pusieron a los que no había manera de no ponerlos, porque habían quedado heridos en el enfrentamiento en Rosario. Boca mostró claramente la decisión política de bancar a una facción de la barra.

¿Cuánto les interesa el fútbol a los barras cómo parte del negocio que hacen?

Lo primero que les interesa es el negocio que hay alrededor de la tribuna. Eso es lo primero, no hay discusión. Y lo segundo es su equipo de fútbol. Yo he conocido barras que eran fanáticos de su equipo. Son más fanáticos del negocio pero además son fanáticos de su equipo. Y he conocido barras a los cuales no les importa nada. Están ahí sólo por el negocio. Los barras son hinchas del dinero.

¿Hay una aceptación cultural de los barras?

Sí. La gente se pone en contra de los barras cuando hay un muerto o un hecho de violencia muy atroz, pero después les encanta tener su barra, que grite que los van a matar a los otros. La gente común que va a la cancha adora la cultura barra brava. Admira a los barras, adora la cultura del aguante. Hay un fenómeno raro cada vez más pronunciado que es que la gente es más hincha de su hinchada que de su propio equipo de fútbol.

¿Cómo describirías un estereotipo de barra?

No sé si hay un estereotipo único de barra brava. Pero un barra es un tipo que cree que el club es su casa y considera que puede manejarse como quiere. Los barras se creen que ellos son una parte fundamental del espectáculo, por eso entienden que ellos merecen un cobro. Cómo ese cobro no está legalizado porque no existen las barras profesionalizadas en blanco, cobran en negro, y defienden toda esa guita ilegal a través de la violencia. Mauro Martín cree que es tan importante cómo Riquelme antes o cómo Viatri ahora. Rousseau y Schlenker creían que tenían la misma estatura en River que Cavenaghi.

¿Crees en el accionar de la justicia en las causas vinculadas a la violencia en el fútbol?

Creo en algunos fiscales y jueces. A otros los he visto actuar y me da vergüenza ajena lo que hacen. Si existiría un fuero exclusivamente deportivo, se podría hacer un análisis más preciso. Cuando uno recorre Tribunales se encuentra con jueces que le dicen, “usted viene a preguntarme por una pelea de barras bravas a donde tenemos tres heridos leves, y yo tengo causas de violación, de asesinatos, de femicidios. Será un gran lío social o tendrá mucha trascendencia mediática pero no compite con los otros casos que yo tengo”. Hay que crear un fuero deportivo urgente.

¿Cuánto ha hecho el Gobierno nacional por la lucha contra los Barras?

Yo creo que bastante poco. Muy por el contrario, me parece que toda la primera etapa del kirchnerismo, desde el 2003 en adelante, yo no lo he visto hacer mucho. Si hubo un cambio de acción a partir del 2011, con la asunción de la Ministra Nilda Garré al Ministerio de Seguridad. Desde que asumió se intenta dar mucho coto al tema de los barras. Consiguieron que no haya pirotecnia ni banderas grandes, tratar de sacarle todo lo que sea el poder simbólico a los barras, los han denunciado. Esto nunca había sucedido antes. Alguien me va a decir que hay un crecimiento de la violencia importante y eso es cierto, pero yo tengo que destacar que del otro lado hay intentos de hacer otra cosa.

¿Cuál fue la primera reacción que tuviste cuando escuchaste a la Presidenta hablando sobre “esos hombres de los paravalanchas” que la maravillaban?

La primera reacción que tuve es o que está muy mal asesorada por la gente de su Gobierno que va a la cancha (porque ella reconoció que no iba a la cancha) o por la gente de su Gobierno que específicamente trabaja en el tema. Tengamos en cuenta que la estrella de esa conferencia de prensa, además de Cristina, fue el Ministro del Interior, Florencio Randazzo. Resultó extraño que no estuvieran a su lado la gente a la que ella confía la seguridad del fútbol. Supongo que si las personas que se encargan de eso hubieran hablado con ella, le habrían armado un mapa de situación en el cual ella nunca podría haber pronunciado ese discurso.

¿Qué te genera tú trabajo?

Cuando vos tenés una primicia, como en cualquier ámbito, te genera adrenalina. A mí me encanta tener una primicia, me encanta investigar. A veces me produce hastío. Si me preguntas por qué sigo con esto de la violencia en el fútbol, creo que mi compromiso es bastante más egoísta de lo que se supone. Me encantaría que esto se termine para poder ir con mis hijos y con mis amigos que tienen hijos, todos juntos, a vivir lo que yo vivía cuando era chico: un espectáculo de fútbol, una salida fantástica en donde se vivía mucho más lo que era el mero partido.

¿Tenes miedo?

No. Miedo no tengo (lo dice en un tono muy tranquilo). Igual yo soy bastante inconsciente. Hubo unos episodios medianamente graves pero por lo menos hasta el 7 de diciembre, trabajo en un gran grupo de medios, que ha respondido como tenía que responder cuando yo tuve amenazas que pasaban el límite del mero llamado. Y casualmente no se trataba de barras bravas. Cada vez que yo investigue con datos muy precisos sobre la institución policial vinculada a la relación con los barras, es cuando tuve las amenazas más concretas.

¿Entonces la policía es más peligrosa que los barras?

En algún punto. No la policía en general pero los policías corruptos son más peligrosos que los propios barras bravas. La policía es socia de los barras. Cualquier hincha que va a la cancha lo puede ver. Están las causas judiciales en Tribunales.

¿Cómo manejas la relación con las fuentes?

Hay algo que ellos me respetan a mí. Más de un barra me ha dicho “vos tenés más códigos que nosotros”. Porque entre ellos se traicionan todo el tiempo. Hablan de códigos pero se viven traicionando. Yo siempre les digo “Mirá si vos sos pirata del asfalto es tu problema, no el mío”. Comienza a ser mi problema cuando vos armas un quilombo en una cancha. Y yo ahí voy a hacer todo lo posible por escracharte en el diario. También pasa, mucha veces, que son los propios policías los que les arman las camas a los barras para después poder pedir un aumento de cantidad de efectivo para el próximo partido.

¿Recordas alguna frase puntal de una entrevista con un barra?

La frase que más me impactó siempre fue la frase que me dijo Rafael Di Zeo y que después replicaron todos. Salió en una nota que yo le hice donde él me decía que la impunidad no era tener poder, sino que era tener los números del poder. Que eso era lo verdaderamente importante. Llamar al que tenés que llamar y que te atienda. Ahí entendí bastante la cosmovisión que tenía él y como conseguían los barras su impunidad.

“La violencia en el fútbol no se va a terminar jamás”, dijiste en algún momento. ¿Seguís pensando lo mismo?

Eso está cortado de una frase un poco más larga. La frase es que la violencia en el fútbol no se va a terminar jamás mientras no exista la decisión política de terminarla. Se puede terminar tranquilamente con la violencia organizada. Yo digo que la violencia de dos tipos que se agarran a piñas porque a uno le gusta cómo juega el cuatro y a otro no, no se va a terminar. Eso no se va a terminar nunca. Pero la violencia organizada mafiosa se puede terminar siempre y cuando haya una decisión política. Mientras esa decisión política no este, no se va a terminar. Yo trabajo con esto hace 20 años y no veo que se termine. No veo voluntad de que se termine.

Si tenés que escribir el párrafo final de un libro que habla de la historia de los barras. ¿Qué pones?

Pondría que la violencia en el fútbol es un reflejo de lo que es este país. Si es un país organizado a través de un sistema de corrupción que se ve en las altas esferas gobierne quien gobierne, no hay porque esperar otra cosa del espectáculo futbolístico, que es un espectáculo que mueve millones. El espectáculo futbolístico, aunque nos duela, es un reflejo a escala de lo que ocurre en el país.

playfutbol.infobae.com

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