Esta herramienta, muy utilizada en países anglosajones bajo la figura del "Trust", apareció en la legislación argentina en 1995 con la ley 24.441, pero recién este año comenzó a implementarse de forma significativa ante la falta de crédito y la necesidad de impulsar la actividad productiva con fondos provenientes de la inversión privada o institucional, tal el caso de las compañías de seguro y las Afjp.
Hasta ahora, los beneficiarios de los escasos fideicomisos que actualmente están en funcionamiento son aquellas empresas orientadas a la exportación, dado que son las únicas que aseguran el retorno del dinero en divisa extranjera frente a la debilidad de la moneda local tras la devaluación de principios de este año, pero la idea es extender su utilización hacia otros sectores. (Télam)