cardenal también advirtió sobre "la trata de personas" y la
situación de los "talleres clandestinos".
Bergoglio hizo foco en la Ciudad de Buenos Aires, donde dijo
que existe "una máquina de destrucción y de descarte de gente".
"En esta ciudad en la que vivimos nos quieren debilitar y nos
quieren quitar la fuerza. En esta ciudad de Buenos Aires tan
nuestra, hay esclavos, donde se descarta a las personas y estamos
llenos de volquetes existenciales que son despreciados", enfatizó.
Agregó que a "hombres, mujeres, chicos y chicas se los trata
como mercancía" y "son objetos de trata"
"Que Buenos Aires deje de llorar porque vende a sus hijos",
subrayó el principal referente de la Iglesia Católica argentina.