De acuerdo a los últimos datos, la epidemia provocó la muerte de 104 personas entre 2.894 casos y el aumento de enfermos sugiere que el virus, que aún sigue sin ser identificado, logró atravesar las barreras establecidas para evitar su propagación.
En tanto, los pilotos indios se niegan a volar a Hong Kong y Singapur y muchos sacerdotes católicos de Tailandia temen a los fieles y renunciaron a confesar a los fieles por miedo a contraer la enfermedad. (Télam-SNI)