Barbarita Flores tiene 8 años; Manuel Cruz, 12; y son dos ejemplos de que las limitaciones económicas no son siempre una barrera para los sueños y las ganas de progreso de una generación que sufre las consecuencias de la crisis, pero que apuesta a un futuro mejor.
Estos dos chicos desconocidos hasta hace unos meses, alcanzaron popularidad a través de los medios de comunicación nacionales, cuando relataron sus historias de vida sacudidas por las necesidades y el hambre que ya causaron trece muertes en Tucumán. (Télam)