La ruta 38 sigue siendo la más trágica. Le siguen la 9 y la 157. El cruce de caminos alternativos y los ingresos a las ciudades del interior son los sectores más peligrosos. Rastras cañeras, camiones y colectivos forman largas filas de vehículos y convierten a los sobrepasos en maniobras mortales. Muchas rutas provinciales están en pésimo estado. La mayoría de las banquinas -si es que existen- son de tierra y casi todos los rodados circulan sin luces reglamentarias de día. Los animales se cruzan en el momento menos pensado.
Las autoridades reconocen que faltan controles. Hay unos 14 puestos para los más de 40 sectores de riesgo. La Provincia dispone de radares para vigilar las altas velocidades, pero aún no puede usarlos.
Fuente: lagaceta.com.ar