El hallazgo se produjo en el interior de la finca La Troja, en un paraje denominado El Cajón, en una zona de monte casi inaccesible, a 75 kilómetros de la capital salteña y próxima aldepartamento de Metán.
Personal policial y veterinarios policiales lograron verificar que los animales habían sido mutilados, que algunos presentaban sus ojos arrancados, sus genitales, sus lenguas, y lo más curioso es que no había rastros de sangre.