"Por amor a la paradoja, espíritu juguetón y extremo pudor, Macedonio sembró de datos falsos su vida, aunque destacó otros y llenó su obra de señuelos autobiográficos transfigurados ficcionalmente, pese a que de seguro hubiera tomado con cierta sorna una biografía en su honor", destacó Abós en diálogo conTélam.
"Pero el desafío -agregó- además de remover la losa que él mismo había instalado con sus ironías hacia el género, consistía en luchar contra ese mito lleno de inexactitudes pero ya cristalizado en el imaginario, el cual además, como opinó (Ricardo) Piglia en su momento, `es incluso tan hermoso que toda batalla que se libre contra él está condenada a perderse". (Télam)