Luego de tres días de esfuerzos que muchos creyeron que acabarían trágicamente, los mineros pudieron ser subidos a la superficie.
Cada uno de los hombres fue sacado en una cápsula y colocado inmediatamente en una cámara de descompresión de la marina estadounidense para evitar los problemas respiratorios que podía causarles una subida a la superficie demasiado rápida.