"Somos fierreros metalúrgicos, ya que siempre hemos trabajado en turbinas de 12 metros de diámetro, pero ahora, incursionar en el área médica y trabajar con un aparato de apenas 40 milímetros de diámetro, revaloriza la dimensión de nuestra profesión, que es hacer cosas útiles para la gente", aseguró a Télam Lucas Varela, uno de los técnicos que hicieron posible el SAV.
(Télam)