"Se te quedó enganchado el barrilete en la cabeza cuando eras un niño/, después creciste y el barrilete se incendió en tu pelo largo", se lee en una de las páginas donde el joven poeta recuperó versos escritos por su madre antes de ser secuestrada, a los 24 años en 1977, y que permanecieron guardados en la casa de Martínez que vio nacer a "El eternauta".
"Pero sólo soy de sombra, pero sólo soy admitida por la/ risa más idiota de la sombra -completa él esas lí­neas, poniéndose en la voz de Diana-, estuve atada a un coma matinal. mi vientre llora. mi/ vientre enfrí­­a. mi vientre no deja pasar el color".
"Lo que está encomillado es como si lo dijera ella, pero es mío­", señala Fernando, con 39 años es el único sobreviviente, junto a su abuela Elvira y un primo, de la familia mutilada tras el golpe de Estado de 1976: "Me encontraron debajo de una cama en la casa de donde se llevaron a mi madre", lo transcribe Carrera en el prólogo.
Además de haber tenido que reconocer en 2011 el esqueleto de su padre, Raúl Araldi, ante el Equipo Argentino de Antropologí­a Forense (EAAF) y de dar su sangre al Banco Nacional de Datos Genéticos por presumir la existencia de un hermano apropiado, los cuerpos de su madre, sus tí­as Beatriz, Estela y Marina y su abuelo continúan sin aparecer.
En julio de 1976 Diana escapó de una patota policial en Tucumán que entregó al niño a Casa Cuna, pero fue secuestrada y desaparecida días más tarde, con 23 años y un embrazo de seis meses; mientras que a Raúl, conocido como Capitán Pocho entre los Montoneros donde militaban juntos, lo mataron en agosto de 1977, a los 30 años, al norte de San Miguel de Tucumán.
"Dije 'voy a hacer algo que no tenga nada que ver con mi historia' pero salió esto. En ese sentido digo 'escribo como puedo' -se sonríe-, digamos que empecé a escribirlo cuando me dijeron que encontraron el cuerpo de mi viejo y arranqué terapia por primera vez en mi vida, a los 36 años".
Esa noticia, repasa, "fue algo que vino bastante de la nada, pero el deseo siempre está, no es que estás preparado para que ocurra, pero sí­­ contemplás la posibilidad de que pase. Y no es esperanza, es lo que tiene que ser. Fue como: aparece ese cuerpo y sale esto. Toman forma mi viejo y el libro".
Fuente: Télam