El pasado 27, los vecinos no sólo sacaron fotos, sino que se amontonaban en sus inmediaciones formando una gran cola de vehículos estacionados de ambos lados. Claro que a su vez no dejó de ser peligroso, ya que al no tener acceso a cruzar, por el importante caudal y el peligro que esto significaría atravesarlo, fue que comenzó a trabajar el personal de la Guardia Urbana Municipal, alertando a los transeúntes que tengan precaución de no cruzar.
Los peatones, ciclistas y motociclistas sólo lo hacían por el puente colgante, con ayuda de los urbanos, que se encontraban trabajando para evitar algún siniestro que pudiera ocurrir. Las fuertes lluvias causaron también que las calles del pueblo se conviertan en un mar de agua y sea el deleite para que los más pequeños se diviertan con el agua que corre, como así también del bonito arco iris que se observaba en el cielo luego de la lluvia. (La Voz de Recreo)