En la última semana, el EI ha tomo el control de la milenaria Palmira -declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco- y la ciudad iraquí de Ramadi, dos importantes conquistas que generaron la reacción tanto de Estados Unidos como de Rusia.
El presidente Barack Obama salió a aclarar que Estados Unidos no está perdiendo la guerra contra el grupo sunnita aunque consideró que hubo "un revés táctico" con la pérdida de Ramadi, mientras que su par ruso, Vladimir Putin, ofreció reforzar la ayuda militar enviada a Irak.
El Estado islámico tomó la planta de gas T3 y las localidades de Al Sauana y Jinifis, ubicados a unos 40 y 70 kilómetros al oeste de Palmira, respectivamente, precisó Samer al Homsi, un activista de la opositora Red Sham citado por la agencia de noticias EFE.
Dichas conquistas fueron posibles gracias a que la noche anterior habían tomado el control del paso fronterizo de Al Walid, entre la provincia siria de Homs y la iraquí de Al Anbar.
Según Al Homsi, los soldados sirios apostados en el lugar prendieron fuego las instalaciones y pasaron hacia el lado iraquí de la frontera, controlado por Bagdad, donde hoy llegarán refuerzos.
Desde la toma de Palmira, la preocupación gira en torno a las ruinas de la histórica ciudad, cuyo yacimiento arqueológico tiene un valor incalculable para la historia de Siria y de la humanidad.
La información sobre lo que ocurre dentro de la ciudad es casi inexistente, ya que están cortadas todas las vías de comunicación, explicó Al Homsi, quien agregó que se cree que el EI puede haber "peinado" la localidad en busca de leales al gobierno sirio y que habría ejecutado a decenas de personas.
El activista agregó que el EI podría dirigirse ahora a la base aérea del régimen T4, una de las más grandes del país, al oeste de Palmira.
Los yihadistas no solo han atacado el este de Homs, sino también el norte, donde hay presencia de grupos rebeldes que fueron evacuados hace un año del casco antiguo de su capital homónima y esta semana se enfrentaron con yihadistas del EI.
Los enfrentamientos fueron en Al Zafarana y Telbise, informó a EFE el activista Mahmud Luz, quien reseñó que pese a que el EI fue expulsado y que "el norte de Homs está casi limpio de yihadistas", todavía hay combates en algunos puntos.
Aún así, el EI domina ya más de la mitad del territorio sirio, lo que equivale a 95.000 kilómetros cuadrados, gracias a su avance por el este de Homs, informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG opositora al gobierno sirio, cuya sede está en Londres.
El control de esa zona permite a los yihadistas del EI conectar con el centro del país sus dominios en la provincia siria de Deir Ezzor, en el noreste, y en la iraquí de Al Anbar, la más grande del país.
En esa provincia del Estado vecino, las fuerzas iraquíes libraron hoy duros enfrentamientos con los islamistas radicales, que perpetraron varios atentados con coches bomba contra posiciones del Ejército en los alrededores de la población de Hasiba, tomada ayer por los extremistas, según una fuente de seguridad de Al Anbar.
Por el momento se desconoce el saldo de bajas en esa área, donde las tropas gubernamentales repelieron a sus atacantes.
Hasiba está cerca de las localidades de Al Habaniya y Al Jaldiya, donde están apostados los efectivos del gobierno y las milicias chiitas que preparan una ofensiva para recuperar el control de Ramadi, la capital de la vasta y desértica Al Anbar.
El EI declaró un califato en Irak y Siria en junio del año pasado y manifestó su voluntad de extender su dominio hasta formar un gran estado que abarque los actuales territorios de Jordania, Palestina, Israel, Líbano, Chipre y el sur de Turquía.
El califato es un sistema religioso de gobierno -similar al de una república aristocrática- en el que el califa se erige como único líder del pueblo y del islam y gobierna siguiendo los preceptos de la sharia (ley islámica).
Fuente: Télam