El encargado de dar la noticia fue el actual presidente sudafricano, Jacob Zuma, quien con un tono solemne anunció ante las cámaras de televisión que su país "había perdido a su mayor hijo". "Nelson Mandela nos unió y juntos nos despedimos de él", aseguró, sin disimular su tristeza.
El Premio Nobel de la Paz falleció a las 20.50 (15.50 hora de Argentina) en su casa de Johanesburgo, donde desde septiembre pasado estaba internado y recibía tratamiento por sus complicaciones respiratorias.
Madiba, como lo llaman cariñosamente los sudafricanos, estuvo internado cinco veces en los últimos dos años.
La última vez ingresó el 8 de julio pasado al hospital de Pretoria con un cuadro de pulmonía y estuvo en terapia intensiva durante más de tres meses, hasta que pudieron trasladarlo a su casa.
"Nelson Mandela nos unió y juntos nos despedimos de él", Jacob Zuma
"Los sudafricanos estarán de luto por la persona que, más que ninguna otra, vino a personificar su sensación compartida de nacionalidad", señaló Zuma durante su breve intervención ante las cámaras de televisión.
Madiba lideró la lucha contra el régimen racista del Apartheid y sus convicciones y su liderazgo le valieron la cárcel durante 27 difíciles años.
Gracias a su perseverancia y su fortaleza física y mental logró superar el encierro y las torturas, y convertirse en el conductor de una de las transiciones más pacíficas de la historia de Africa y del mundo entero.
Muchos de sus compatriotas no olvidan sus palabras cuando salió finalmente de la cárcel y se dirigió a miles de personas desde el balcón del Ayuntamiento de Ciudad del Cabo: "Los saludo a todos en nombre de la paz, la democracia y la justicia universal".
Con ese espíritu de reconciliación y diálogo, lideró la transición hacia la democracia y asumió en 1994 el poder como el primer presidente negro de una Sudáfrica pobre, violenta y polarizada.
"Mandela fue un hombre increíble. No sólo por la forma en que hablaba de la reconciliación, sino también por cómo la llevó a cabo", recordó hoy su socio en la transición de principios de los 90, el entonces presidente y líder de la minoría blanca, Frederik De Klerk, con quien compartió el premio Nobel de la Paz en 1993.
Fuente: Télam