Buenos Aires, 13 de junio (Télam, por Walter Vargas).- La imponente exhibición que brindó Omar Narváez ante el mexicano Everardo Morales, quien era considerado el adversario más riesgoso de cuantos hubo enfrentado, autoriza a deducir que, después de muchísimo tiempo, por fin, el boxeo argentino dispone de alguiencapaz de conjugar una verdadera rareza: talento y dedicación.
Es que la prestación del chubutense fue tan generosa en propuesta, despliegue y ejecución, además de tan lucida, en una palabra tan redonda, que no se incurrirá en exageración alguna si se afirma que merece formar parte de una galería de hechos notables, por lo menos si de boxeo hablamos, y del boxeo de estastierras, en el alto nivel y de la década del 80 a nuestros días.