Hay una comparación que refuerza el concepto: el brasileño Ronaldo y el argentino Juan Sebastián Verón.
Ese caso sirven como ejemplo de como puede cambiar todo para un futbolista si durante esos 30 días lo roza la varita mágica o, si por el contrario, todo lo bueno que gozó durante cuatro años se le escapa como la arena entre lo dedos en un mes.
Ronaldo vivió años oscuros, con dos gravísimas lesiones que lo llevaron casi a ser considerado como un ex jugador...pero hoy brilla en Brasil y sueña con ser bicampeón del mundo.
El brasileño sufrió la rotura del tendón rotuliano de la rodilla derecha en noviembre de 1999 y lo operaron en París. En abril de 2000 se rompió el tendón operado en la final de la Copa Italia debiendo se intervenido nuevamente. Un increíble infortunio.
La participación de Ronaldo ha sido fundamental en la ruta del tetracampeón a la final, con seis goles en igual cantidad de partidos, pese a no estar ciento por ciento de su condición física.
La otra cara de la moneda fue Verón, quien resultó un fiasco en la Copa. Errando pases de un par de metros, sin desempeñar el rol de conductor, como no habiendo superado la lesión en el tobillo que lo llevó a visitar al jefe del departamento médico de la Lazio, Andrea Campi.
El mediocampista del Manchester United inglés llegó a Asia con la chapa de probable figura de la copa. Descolló en la eliminatoria, integrando un equipo que para el mundillo futbolístico era candidato unánime a luchar por el dorado trofeo.
Pero todo le salió al revés. Argentina fracasó y Verón también. De los tres partidos jugados por el equipo de Marcelo Bielsa no jugó ninguno completo.
En el más importante (Inglaterra) salió en el entretiempo y ante Suecia, con la última chance de pelear por la clasificación, fue suplente, ingresando durante el segundo período. No jugó bien, es cierto, pero también lo es que no tuvo un voto de confianza de parte de Bielsa.
En los cuatro años entre Francia y Corea-Japón, fueron muy diferentes para ambos.
Ronaldo tras su frustrante final de Francia 98, sólo jugó 36 partidos por el campeoanto italiano en el Inter, un promedio de 9 por temporada.
La diferencia es abismal si se lo compara con Verón. El argentino jugó 103 partidos de Liga (Italia e Inglaterra) con un promedio de 25,75 por temporada.
Ronaldo no jugó la eliminatoria mundialista y Verón condujo al equipo en la búsqueda del pasaje a Asia.
Pero son 30 días, un mes, en el cual no se puede fallar. El brasileño, más allá de que Brasil se consagre pentacampeón, tuvo su gran mundial dentro de un contexto famélico de figuras.
Verón se fue de la Copa a los 10 días, vacío, sin encontrar explicaciones. En el ostracismo. Hasta con la duda sobre en donde va a jugar ya que en el Manchester le colgaron un cartelito que dice "en venta". Un mes, sólo 30 días para pasar del cielo al infierno. (Télam)
