El tandilense, comprometido con el nuevo proceso del capitán Daniel Orsanic, luego de haberse excluido durante dos años de la Davis por serias diferencia con el anterior, Martín Jaite, vivió a pleno la Copa Davis, al punto de que canceló un vuelo a los Estados Unidos para jugar Indian Wells, porque no quería perderse nada.
Así, su larga figura asomó temprano en Tecnópolis, a eso de las 10.30, cuando ingresó al vestuario argentino y condujo la arenga previa a Federico Delbonis, para liberarlo de los nervios lógicos por tener que jugar por primera vez la Davis en el país, con la misión de definir la serie ante un rival clásico.
"Vamos Delbo vamos, ponga huevos que ganamos", entonaba Del Potro mientras golpeaba a rabiar la puerta del vestuario, seguido por Carlos Berlcoq, el 'Peque' Diego Schwartzman, el correntino de corazón enorme Leonardo Mayer, el capitán Orsanic y los demás asistentes.
El marco oponía al equipo brasileño completo, ubicado a escasos metros, atónitos ante la actitud del tandilense, quien redobló la apuesta y entonó "a estos p....les tenemos que ganar", mientras golpeaba a rabiar la pared que separaba ambos vestuarios.
Esa inyección anímica descomprimió a Delbonis y el resto lo hizo el público, que alentó a rabiar en un lunes atípico, con entrada libre y gratuita al predio de Tecnópolis, que promete ser sede nuevamente ante los serbios en julio, pero para esa época en el estadio techado con el que cuenta el predio.
El equipo argentino salió a la cancha después que Brasil y el primero que asomó fue Mayer, ovacionado desde las cuatro tribunas, como reconocimiento a la enorme fortaleza que mostró ayer cuando igualó la serie con su maratónico triunfo sobre Joao Souza luego de seis horas y 42 minutos.
Las banderas de Lobos, Monte Grande, San Miguel del Monte, Tandil, Coronel Moldes, Bariloche y San Genaro flamearon fuerte, aunque no más que una especial que rezaba "que placer verte otra vez, Delpo", en reconocimiento al tenista que supo ser cuarto en el ranking mundial en 2010 y se colgó la medalla de bronce en Londres 2012.
La foto del festejo final encontró al equipo argentino abrazado y entregado al público, con el correntino Mayer como líder desde adentro, el azuleño Delbonis erigido en la figura del día, y Del Potro comprometido de nuevo, y el juramento de que en la próxima estará de nuevo transpirando la camiseta argentina.
La victoria se festejó largamente, por la forma en que costó conseguirla, y porque enfrente estuvo Brasil, a nivel deportivo el rival más importante de Argentina, y por eso se saboreó el doble, aunque simplemente se haya tratado de una ronda inicial de la Davis.
Fuente: Télam
