Carlinhos y Oueifio habían llegado al país para firmar con el club Betar Jerusalén, pero sufrieron a cambio la humillación de ser expulsados a su arribo al aeropuerto de Tel Aviv en virtud de la campaña que comenzó el ministro Eli Yishai, representante en el gobierno del partido religioso ultraortodoxo Shas.
Ambos jugadores fueron expulsados por funcionarios de inmigración, a pesar de que dos simpatizantes notables del Betar Jerusalén intentaron impedirlo: el canciller, Benyamin Netanyahu, y el alcalde de la ciudad, Ehud Olmert. (Télam-SNI)