Las críticas sobre el juego de Boca se acrecentaron. El “si quieren espectáculo vayan al teatro” de Rolando Schiavi se transformó en un rotundo: “no estamos jugando bien”. La frase deja al descubierto una relación tirante con el entrenador, que en la última semana, tras el apático empate ante Unión, sumó más voces en contra, hasta del propio José Requejo, dirigente del fútbol profesional.
La herida sigue abierta, por eso Falcioni quiere obviar preguntas que urjan sobre la grieta. No quiere saber nada de Riquelme, ni de las críticas ni de cómo lo recibirá una Bombonera que seguramente se inclinará por la ovación al enganche, tal como sucedió siempre. Esa dicotomía entre el DT y el ídolo fue el gran bache por el que tuvo que atravesar el técnico, que increíblemente es altamente criticado tras ser campeón y llevar 32 partidos sin perder. Todo un síntoma.
Hoy “Pelusa” no hablará, buscará que su equipo lo haga en la cancha. Las cosas no están bien, está a la vista de todos. Boca sabe que ante Newell’s no es un partido más, sino que será otro examen, no tanto para los jugadores, sino también para un técnico que pasa sus horas más críticas al frente del “Xeneize”. Sí, justamente el vigente DT campeón, el de los 32 partidos sin perder. Como pocas veces ocurrió en el “Mundo Boca”, esta vez, el juego sí hace la felicidad.
Fuente; playfutbol.infobae.com