Los condicionamientos previos, que partieron no solamente desde el cuerpo técnico encabezado por Alejandro Sabella ayer sino por el propio vicepresidente estudiantil Marcelo Malaspina hoy, a menos de un cuarto de hora del comienzo del partido, parecieron extenderse también a los futbolistas locales.
Es que un triunfo de Estudiantes le deparaba al conjunto platense muchas posibilidades de tener que enfrentarse en los octavos de final con los mexicanos Chivas de Guadalajara o San Luis de Potosí, que ingresarán directamente en la próxima ronda en los puestos 13 y 14.
Y ganando el "pincha" llegaba a los 13 puntos y con ellos podía terminar como tercero o cuarto de la tabla general de la fase de grupos, lo que lo obligaba a cruzarse con un 13ro. o un 14to.
Por eso fue que el albirrojo jugó el primer tiempo con menos ímpetu ofensivo que su rival, que con un empate ganaba la zona, pero con una victoria no solamente ponía en riesgo la clasificación del "pincha", ya que con 10 puntos tenía que hacer cuentas para entrar como uno de los seis mejores segundos, sino que además, con 15 unidades, podía terminar primero en la general.
Y los peruanos estuvieron cerca en esos 45 minutos iniciales con la velocidad de Wilmer Aguirre, que tras una apilada remató apenas desviado, y un tiro libre de José Fernández que salvó en gran atajada Agustín Orión.
De hecho estas dos acciones fueron las más claras que tuvieron ambos equipos en el primer tiempo, lo que puso de manifiesto la pasividad estudiantil, algo que quedó en evidencia a partir del andar cansino de Juan Sebastián Verón, que hasta se hizo amonestar innecesariamente.
"Un empate no está mal porque con 11 puntos nos clasificamos igual, así que no es imprescindible el triunfo", apuntó ayer Sabella pensando en los octavos de final y en la punta simultánea del torneo Clausura.
"Siempre es muy bueno evitar los viajes largos y si no fuéramos a México estaríamos conformes", amplió hoy Malaspina.
Con esa consigna ya directamente hecha carne en el grupo salió a jugar la segunda etapa el "pincha", claro que esto de empatar sin goles de local conlleva siempre un riesgo cuando enfrente está un buen equipo como este que dirige el argentino Gustavo Costas.
Y en la segunda mitad, salvo por algunas acciones de pelota parada, nunca Estudiantes estuvo cerca del gol, con excepción de un cabezazo de Mauro Boselli (si convertía alcanzaba a Juan Ramón Verón como máximo anotador de Estudiantes en Copa Libertadores con 13 tantos) que contuvo en gran reacción el reaparecido arquero George Forsyth, sobre los 30 minutos.
Esta acción sobrevino a otra en la que Leandro Desábato falló en tres cuartos de cancha de su rival y entre Orión y Cristian Cellay se debieron jugar el pellejo para evitar la caída de su arco ante el potente y veloz Aguirre, a quien pretende River Plate.
Esta acción motivó una sonrisa del entrenador del seleccionado argentino Diego Maradona, quien fue a observar a Marcos Angeleri, Clemente Rodríguez, Rodrigo Braña y José Sosa, además de Verón, que hizo el signo de la v corta para marcar en realidad el error del 2 estudiantil.
De esta manera, y mientras una parte de la parcialidad estudiantil celebraba el empate "conveniente" y los barras de las dos facciones en que se divide su tribuna proseguían repartiéndose amenazas, llegó el gol de Verón tras un rebote de un penal que Forsyth le rechazó en primera instancia.
Así, Estudiantes no solamente se tomó revancha en cancha de Quilmes del 1-4 sufrido en Lima, sino que ganó el grupo 3 con 13 puntos contra 12 de su rival de hoy y seguramente tendrá que realizar el viaje más largo que un equipo argentino puede hacer en Libertadores: irse a México.
Fuente: Télam.com.ar
