El único título continental de la "Furia" fue el de 1964, torneo en el que fue organizador y superó 2 a 1 en el encuentro decisivo a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, a la que Rusia, su rival de hoy, estuvo integrada.
España debió superar desde los 34 minutos del primer tiempo el duro golpe que significó haber perdido al goleador del torneo, David Villa, por lesión.
El mediocampista del Arsenal, Cesc Fábregas, ingresó en lugar del atacante que hasta la pasada temporada actuó en Valencia, en un claro intento por parte de Aragonés de priorizar el control de la pelota.
En el primer tiempo, Rusia logró más profundidad, a tal punto que la jugada más peligrosa tuvo como protagonista a los 31 minutos al delantero Roman Pavlyuchenko, quien remató de derecha al palo izquierdo, pero Iker Casillas desvió el tiro. No obstante, el árbitro belga Frank De Bleeckere no cobró el córner.
En el segundo período, España encontró rápidamente la ventaja a través de Xavi, mientras que Güiza convirtió el segundo gol apenas 5 minutos después de reemplazar a un inoperante Fernando Torres.
Silva decoró la goleada a 8 minutos del final, en otro claro ejemplo del poderío ofensivo de los mediocampistas españoles.
El partido se disputó bajo una lluvia torrencial en el estadio Ernst Happel, que será el escenario de la final del próximo domingo entre España y Alemania, a las 15:45 hora argentina, con el arbitraje del italiano Roberto Rosetti.
Será, sin dudas, un encuentro apasionante entre un equipo, el español, que superó sus complejos en el certamen al dejar en el camino a Italia en cuartos de final, y otro, el alemán, que está decidido a sumar su cuarta vuelta olímpica a nivel continental. (Telam)