En tanto, en La Plata, Gustavo Barros Schelotto fue el epicentro en torno del cual giraron varios incidentes cuyo colofón fue un ataque a su casa paterna de parte de hinchas ´triperos´.
Boca trasladó una vez más a la cancha la convicción de su entrenador, Carlos Bianchi, acerca de que la actitud del equipo está por encima de cualquier dibujo táctico y parece insinuar que lo ocurrido una semana antes en Santa Fe fue sólo un tropiezo. (Télam)