El club, que es sociedad anónima deportiva, había descendido la temporada pasada a segunda B (tercera), pero podría recuperar la categoría, ocupando el lugar del Compostela, condenado al descenso por no pagar una deuda al plantel de 1,1 millón de euros, compromiso exigido por la Comisión Mixta de Fútbol Profesional de España. (Télam-SNI)