Los tres helicópteros (dos Bell y un Lama) y el avión Fokker F28, dispuestos por el Ministerio de Defensa argentino para asistir a la organización del Dakar en territorio nacional, siguen el exigente ritmo diario del rally y cumplen misiones de hasta entre siete y doce horas.
La tarea, que involucra también camiones de combustible para abastecer a las aeronaves, incluye tareas de rutina como el traslado cotidiano de organizadores y prensa de una etapa a otra del rally. Las aeronaves están comunicadas por satélite y recibiendo instrucciones desde el centro de operaciones montado en cada etapa por la organizadora ASO.
Pero la fuerza conjunta se vuelve vital en casos como el de la segunda etapa de este rally, cuando casi medio centenar de pilotos, la mayoría de autos, se perdieron en el camino de Carlos Paz a Chilecito y los helicópteros debieron rescatarlos, primero llevándoles agua para hidratarlos y luego trasladándolos hacia distintos puntos donde recibieron atención médica.
"Es una tarea que conjuga profesionalismo y riesgo, pero también está en juego la vida de las personas que están ahí abajo y que nos necesitan urgente", comentó Ramírez Velasco, cuyo personal debió también trasladar este año el cuerpo sin vida del piloto polaco de motos Rafal Henrik, de 39 años, fallecido por deshidratación en esa misma fatídica etapa.
El militar explica que la mayoría de los miembros de la Fuerza Aérea y del Ejército que participan del operativo conjunto ya han actuado en otros Dakar, "porque este rally requiere experiencia y un ejercicio extenuante de planificación todo el tiempo".
"No es sencillo, pero la gente ya está ágil y lo hace con eficiencia. Los franceses a cargo de la organización del Dakar, nos tienen muy en estima, nos consultan todo el tiempo. Eso nos hace sentir útiles y lo valoramos", afirma.
Fuente: Télam