"Un día, cuando estaba todavía en Italia, me llamó y me dijo que no quería continuar, que quería dejar de jugar al fútbol. Me confesó que esta pensando en el suicidio y le dije que reaccionara con su corazón porque nada es más importante que su felicidad", contó la madre de Adriano, Doña Rosilda.
"Si para obtener" la felicidad tiene que "dejar el fútbol, entonces, no hay problema", manifestó la progenitora del futbolista, de 28 años y que pasó la temporada pasada en el Flamengo, en su ciudad natal, Rio de Janeiro, tras haber dejado el Inter de Milán por sufrir una depresión.
Para su madre, el regreso al Calcio italiano puede hacer bien a su hijo, porque en el país transalpino podrá recuperarse de sus problemas.
"Su regreso a a Italia es positivo porque conoce el país y sabe lo que esperarse. Sé que no será fácil pero Adriano ahora tiene la fuerza para superar sus dificultades", afirmó Doña Rosilda, que precisó que la depresión de su hijo se debió a la muerte de su padre.
"El origen de su depresión siempre fue la muerte de su padre, que nunca superó", según la madre del brasileño. "Debido a su gran éxito mucha gente le criticó sin saber lo que le pasaba y eso le puso en una espiral negativa. Nadie sabe el tipo de dolor que sufre y ni yo sé como ayudarle", adujo.
Adriano dejó el Inter para volver a Rio de Janeiro, donde nació, para reencontrarse con sus raíces y poner normalidad en su vida. Pero su madre destacó que su regreso le hizo más daño que bien.
"Adriano nació y creció en las favelas. Su casa siempre estuvo en Vila Cruzeiro y desafortunadamente uno no puede elegir a sus amigos. Hemos discutido muchas veces pero espero que ahora haya comprendido que hay mucha mala gente allí", puntualizó la madre del futbolista.
