El físico modesto y la estampa endeble justificaron el apodo de ´Chaplín´ que acompañó de por vida a Félix Loustau, quien encarnó la sabia mezcla de coraje y talento desde el extremo izquierdo de la formación más recordada del fútbol argentino.
Loustau ganó en su carrera ocho títulos con River y tres campeonatos Sudamericanos con el seleccionado argentino pero, más que cualquier trofeo, su apellido es hoy recordado por el juego exquisito que desplegó una formación que 60 años después se repitede corrido: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. (Télam).-