Guillermo Pereyra expulsado sobre la media hora del primer tiempo, Andrés D´alessandro y Damián Alvarez con probables desgarros y un equipo que sintió el viaje de entresemana a Honduras, fueron los obstáculos a los que River debió imponerse más allá de su rival. Pero cuando parecía que esto iba a descalabrar el organigrama de Manuel Pellegrini, llegó la conquista de López, apenas un minuto después.
Pese a todo, River se superó a si mismo y, para regocijo de 8.000 chicos que asistieron al estadio invitados para celebrar el Día del Niño, terminó celebrando un triunfo contra la adversidad, que en este caso tuvo más colores que los rojo y negro de Colón. (Télam).