El jugador, que tiene 42 años y participó del mundial de 2011 en Francia, recordó que "un día me hablaron de la selección de fútbol de calle y decidí empezar a entrenar".
"Fue todo muy rápido, pasé de dormir arriba de un cartón a ponerme un traje y viajar en avión, para mí fue un impacto muy grande porque allá después nos encontramos con gente de 68 países que estaba en la misma o peor que nosotros", dijo.
Torres comentó que antes del viaje tomó algunas clases de francés para poder desenvolverse y que regresó "muy impactado" por la situación en que vivían algunos de los participantes del torneo internacional.
"Me acuerdo que había unos chicos de Kenia (África) que no sabían lo que era usar un par de botines, que vivían en un basural o les habían matado a toda la familia; ahí pensé que yo no me podía quejar, no la pasaba tan mal como ellos", reflexionó.
Torres, que contó que no pudo asistir al mundial de 2010 porque estuvo internado "por las drogas", reconoció que "ahora tengo la posibilidad de estar bien y bajo techo gracias a las relaciones que armé a través del fútbol, estoy haciendo además una diplomatura deportiva social y quiero terminar el secundario".
"Yo les diría a los pibes que se acerquen, que para salir solamente hay que poner ganas porque hay muchas organizaciones que trabajan para darte una mano, sólo hay que acercarse y hacer bien las cosas", subrayó.
Torres, que hoy trabaja y cobra una pensión por enfermedad, remarcó que "en la calle uno pierde hasta la identidad. Yo estuve muchos años preso y me rescaté porque me di cuenta de que se me iba la vida; esto del fútbol me salvó", concluyó.
Fuente: Télam
