El seleccionado eslavo se impuso en dramática final a Rusia por 64 a 62 y repitió los éxitos alcanzados en Ljubiliana (Yugoslavia), en 1970; Filipinas, en 1978; y Argentina, en 1990.
El básquetbol argentino cumplió una aceptable actuación, más allá de esa posición final, ya que para los jugadores y el cuerpo técnico, encabezado por Julio Lamas, se logró el objetivo de ubicarse entre los ocho mejores y competir contra las grandes potencias. (Télam)