La Argentina y Brasil, ambos productores de commodities, anticiparon su posición conjunta el pasado viernes, tras el encuentro que mantuvo Boudou con su par brasileño, Guido Mantega, en San Pablo, en lo que fue todo un símbolo de unidad entre los principales socios del Mercosur.
También se sumaron las voces de dos grandes, como los Estados Unidos y Canadá, que ya anticiparon que están en contra de la iniciativa que impulsa Nicolás Sarkozi.
Boudou viajará este jueves, acompañado del vicepresidente del Banco Central, Miguel Pesce. En París se pondrá al frente de del resto del equipo económico, que mantendrá una agenda doble, vinculada a las negociaciones con el Club de París, en donde se esperan avances en reuniones bilaterales informales, con los países miembros del Club, y en la conciliación de la deuda total a abonar.
Por otro lado, se supo por fuentes oficiales que Timerman mantendrá una agenda paralela de diálogo con Francia vinculada a cuestiones pendientes de resolución en el Ciadi.
Em lo que respecta a la Cumbre, Sarkozy, que tiene aspiraciones presidenciales, planteó hace algunos semanas la necesidad de regular los precios de los commodities, deslizando una burbuja especulativa en ese mercado, y ubicó al tema como una cuestión de “seguridad alimentaria” mundial.
Sarkozy tomó como punta de lanza el reciente informe publicado por Naciones Unidas, que según los últimos datos del indicador de precios, los productos primarios mostraron un alza de 32% de en la segunda mitad de 2010, lo que sembró temores a una repetición de los que fue la crisis desatada entre 2007 y 2008.
A modo de ejemplo, hoy la soja se ubica en torno a los 520 dólares la tonelada en Chicago, cuando a mediados del 2008, cuando aquí se debatía la frustrada resolución 125 en el Congreso, cotizaba en un rango muy cercano a los 500 dólares.
Sin embargo, los productores de productos primarios le salieron al cruce, ante la inminencia del evento que tendrá lugar en el país que ostenta la presidencia del Grupo.
En general, hay coincidencia entre las voces opositoras a esta iniciativa, de apoyar una eventual mayor regulación en mercados financieros y en productos derivados de bienes primarios, pero no en regular de directamente los precios de los alimentos, al no considerarlos causantes de la burbuja especulativa.
Además de la volatilidad de los commodities, en la agenda está la reforma del sistema monetario y la reducción los desequilibrios mundiales. Al respecto, como también hay dificultades para el consenso, prende la idea de dividir la solución a estos desequilibrios en dos pasos: el primero, en identificar los mismos utilizando un set de parámetros e indicadores.
El segundo paso, sería analizar las causas de estos desequilibrios y efectuar posibles de recomendaciones para enfrentarlos.
“Nuestra esperanza es alcanzar un acuerdo de indicadores al próximo sábado, y si no podemos no es un drama”, hoy lanzó la ministra de economía francesa Cristine Lagarde, en conferencia de prensa, intentando bajar el tono de los dichos que otrora anhelaba Zarkozy, quien había arrancado su mandato en el Grupo pidiendo una profunda reforma de la arquitectura financiera internacional, entre otras aspiraciones.
Desde la cumbre de Seúl en noviembre último, Francia tendría el mandato de lograr alcanzar un acuerdo de una lista de indicadores guía para cuantificar los grandes desequilibrios.
Lagarde reveló en declaraciones a la prensa, que los países trabajan contra reloj desde el plano “político”, para llegar a alguna posición común sobre estos indicadores. (Telam)